sábado, 13 de mayo de 2017

La casa del arquitecto Manuel Gorozpe y María Luisa Manterola en Berlín N°33




El arquitecto e ingeniero Manuel María Gorozpe Morán fue un destacado profesionista mexicano que casó con María Luisa Manterola Zavalza y procreó seis hijos; para la familia edificó en 1902 una casa en la entonces naciente Colonia Americana. La casa se conserva en pié y fue restaurada en 2006 para albergar la “Casa de la Cultura de Tabasco en la Ciudad de México”; aunque perdió el jardín y se le hicieron algunas modificaciones, conserva buena parte de los acabados rehabilitados, pero el amueblado original se ha perdido.



Manuel María de los Dolores Juan Sahagún Gorozpe Morán nació en la Ciudad de México en Junio 1868, hijo de don Pedro Miguel Gorozpe Echeverría y Guadalupe Morán Cervantes; fue el tercero de ocho hermanos Gorozpe y Moran: Maria de los Dolores, Maria del Pilar, Manuel Maria de los Dolores, Pedro Luis Maria, Maria de Guadalupe, Maria del Pilar, José Ignacio Macario y Maria de la Luz.

Estudió en la Academia de San Carlos -Escuela de Ingenieros / Escuela de Bellas Artes-, y recibió el título de “Yngeniero-Arquitecto” (sic.) en 1894, otorgado por la Junta Directiva de Instrucción Pública del Distrito Federal, presidida por don Joaquín Baranda. Abajo, el título del arquitecto Gorozpe, que fotografié en 1998, gracias a la gentileza de don Joaquín de la Borbolla (nieto del arquitecto).



Durante el gobierno de Porfirio Díaz, Gorozpe diseñó y edificó una gran cantidad de inmuebles públicos y residencias, entre los que destacan el Seminario Conciliar iniciado en 1900, la nueva fachada para el Palacio del Ayuntamiento, las casas Ortiz de la Huerta y Baranda/Luján, así como los templos del Panteón Inglés -en la Colonia San Rafael-, y la Sagrada Familia -en la Colonia Roma- incluyendo años después, la transformación y ampliación del “Hotel REGIS” en 1919. Constante en toda esa obra, el virtuosismo en el diseño y la atención al detalle y ejecución, que aún ahora resultan sorprendentes…





El Seminario Conciliar de México…



Con diseño de 1899 y una edificación que inició en 1900, el edificio para el nuevo Seminario Conciliar Tridentino de México aún se yergue en la calle de Regina (N°111); la imagen de arriba corresponde al edificio en 1926 y la de más arriba al plano que apareció en un artículo de “El Mundo Ilustrado” y que reproduzco gracias a la amabilidad del arquitecto Iván San Martín. El edificio sustituía al edificado al Nor-Oriente de la Catedral en 1687 –como “Real y Pontificio Seminario de México” y que daba nombre a la calle de Seminario– y abierto en 1707. El sustituto se edificó sobre lo que había sido el Convento y Hospital de San Camilo (“De los Camilos”) en Regina y Correo Mayor, fundado en 1755 y del que fueron expulsados en 1861.



A decir de José Hurtado Uribe y José de Jesús Ramos Márquez, el proyecto de Gorozpe “… abarcaba tres pisos de los que el inferior tenía carácter de basamento, el tercero de ático y el intermedio de Planta Noble, distribuidos en un área de 9,300 metros cuadrados… La fachada de estilo clásico bastante acentuado y longitud de 90 metros; el orden colosal, presente en el cuerpo medio y el principal, se repetía en los laterales con columnas pareadas soportando frontones; en el área central se hallaban desplegadas esculturas alegóricas de las virtudes teologales encuadradas por un tímpano sobre un muy amplio pretil.”

El proceso de edificación se suspendió en 1906, permaneciendo inconclusa la estructura interior y para 1928, durante la Guerra Cristera, el Seminario fue invadido y los alumnos expulsados. El edificio es ahora ocupado por la Secundaria N°1.



El Palacio del Ayuntamiento.



Por otro lado está el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, edificio con una historia que se remonta a la colonia; edificado frente a la Plaza de Armas, permaneció prácticamente inalterado hasta 1907, año en que con el diseño de Manuel Gorozpe se transformó y expandió, agregando un piso, torreones, nuevo revestimiento y decoración en fachadas y el rediseño del patio oriente.





Con proyecto de 1906 y autorizado para edificarse en 1907 el diseño neocolonial para el remozado de las fachadas del edificio, aprovechaba los trabajos de renovación que entre 1886 y 1889 habían realizado los arquitectos Emilio Dondé y Antonio Torres Torrija para las oficinas del Ayuntamiento, así como la suntuosa Sala de Cabildo con proyecto de Gabriel Guerra y pintura del plafón por Félix Parra, ejecutados en 1893.



Los trabajos en fachadas comenzaron en 1909 y el 30 de septiembre de 1910 fueron inauguradas por el Presidente Días las “Obras del Palacio Municipal” –aún sin terminar–, concluyéndose el patio en mayo del año siguiente. Aunque al paso del tiempo el edificio ha sido intervenido y ampliado (se le agregó otro piso en 1931) el magnífico diseño que arbitró el arquitecto Gorozpe sigue siendo innegable y llamativo. Abajo, detalles en una esquina del Patio Oriente –terminado en 1911– en su estado actual.


No se piense que la intervención fue meramente cosmética, ya que con la colaboración del ingeniero Miguel Rebolledo –especialista en los novedosos métodos de concreto armado que habían llegado de Francia como “Système Hennebique” –, la ampliación de Gorozpe empleaba los más novedosos sistemas constructivos y dio estabilidad estructural a un edificio del S. XVIII…

Abajo, una fotografía tomada a final de 1909 en que aparece el piso superior de la ampliación a Palacio del Ayuntamiento; a la derecha los fustes entorchados –tallados en cantera– de la Loggia de fachada y a la izquierda los arcos correspondientes a la estructura en concreto armado.



Aunque modificada entre 1931 y 32 -cuando se agregó un cuarto piso al edificio –trasladando la loggia de Gorozpe hacia arriba y colocando marcos de interpretación barroca, con pilastras estípites en su lugar–, la fachada del Palacio del Ayuntamiento sigue sorprendiendo a quien se toma el tiempo de observarla…




Manuel Gorozpe habría diseñado y edificado un sorprendente número de residencias, comenzando en 1897 con una en la calle de San Diego (ahora Doctor Mora) frente a la Alameda y otra en la esquina del Paseo de la Reforma y Patoni (ahora Juárez) edificada para el señor Morán en 1898, frente a la estatua ecuestre de Carlos IV.


República de Cuba 92

Otro diseño residencial de enorme relevancia fue la casa edificada en el número 3 de la antigua calle de Medinas (ahora República de Cuba N° 92) y que alberga ahora la Asociación de ex alumnos de la Facultad de Economía de la UNAM. Iniciada también en 1898 –aunque terminada hasta 1903–, con diseño y dirección del arquitecto Gorozpe se edificaron las tres plantas como residencia para don Rafael Ortiz de la Huerta y Huerta y su familia. (ver)



El espectacular diseño, que responde aún a la disposición tradicional de las residencias coloniales novohispanas –e inspirado en el Palazzo del Renacimiento–, hace gala de una suntuosa decoración que pasa de fachada a patios interiores con elementos decorativos de tradición académica, manejados con libertad y habilidad.

Arriba y abajo, la casa Ortiz de la Huerta en Medinas 3 fotografiada en 1905 por Guillermo Kahlo, en imágenes que pertenecen a la colección Diez-Barroso y que reproduzco gracias a la generosidad de Javier Balbás.



La casa albergó desde 1925 la Escuela Nacional de Economía y cuando en 1954 la facultad se trasladó a Ciudad Universitaria, quedó en abandono; fue solícitamente recuperada y desde 1988 alberga la asociación de ex alumnos de la Facultad de Economía…



Además de otras varias edificaciones residenciales, es importante agregar un par de casas edificadas a partir de 1899 en los números 5 y 7 del Paseo de la Reforma, diseñadas para don Hugo Scherer Jr. una y la familia Manterola la otra; aunque ya destruidas, la casa Scherer fue motivo de registro fotográfico porque en 1910 albergó al contingente militar que incluía al Príncipe Frederick von Holstein (sobrino del Káiser) que acompañaba al Sr. Karl Büns como parte de la representación alemana para las Fiestas del Centenario de la Independencia de México. (ver)





En ese contexto profesional encontramos al arquitecto Manuel Gorozpe, cuando en 1901 inicia los trabajos para la edificación de una residencia para su esposa –doña María Luisa Manterola Zavalza– y su primogénito Manuel Gorozpe Manterola, en la nueva urbanización que la “Chapultepec Land Improvement Company”, hacía desde 1897.

En lo que de origen se llamó la “Colonia del Paseo” o “Colonia de la Teja” y antes de eso había sido parte de tierras cultivadas –propiedad del 5° Conde de Santa María de Guadalupe del Peñasco– hasta mediados del Siglo XIX, se venían lotificando terrenos para la expansión de la Ciudad de México hacia el poniente…


Arriba, en un fragmento del plano dibujado por los ingenieros Mc. Clellan y Hardcastle en 1847 titulado “Battles of Mexico” –que es parte del acervo de la Mapoteca Orozco y Berra– puede verse la zona al Sur-Poniente de la ciudad por esa fecha. Bajo el título, aparece la Loma de Chapultepec –que albergaba el Colegio Militar– y a la extrema izquierda el Molino del Rey; arriba y a la extrema derecha, el casco de la ciudad de aquella época, que hacia el poniente apenas llegaba hasta el edificio de “La Ciudadela”; al centro, aparece lo que ahora llamamos Avenida Chapultepec y que ahí aparece marcado como “Aqueduct of Belem” y sorprende el que aún no existe el trazo de lo que hoy llamamos Paseo de la Reforma. Como referencia, la estrella roja marca el sitio aproximado en que hoy se encuentra la casa de la calle de Berlín N°33.



De origen, esos terrenos formaban parte de la enorme extensión ofrecida a postores tras la venta de las propiedades del 5° Conde de Santa María de Guadalupe del Peñasco, Ingeniero don José Mariano Espinosa y Cuevas. Entre 1865 y 1872 la zona al norte de la Calzada del Acueducto pasó a formar parte de la Hacienda de la Teja, propiedad del ingeniero Francisco Somera y sobre cuyos peculios se perfiló el “Paseo de la Emperatriz” que hoy llamamos Paseo de la Reforma (ver), avenida trazada por el ingeniero Luís Bolland por orden expresa de Maximiliano I, ligando de manera conveniente el Cerro de Chapultepec –donde edificaría su Residencia Imperial– con la primera glorieta del Paseo de Bucareli, sitio en que se había colocado la estatua ecuestre de Carlos IV en 1852.

Para 1881, la vasta propiedad de la hacienda entre las calzadas de los acueductos de Belem y San Cosme –entonces ya seccionada por el Paseo de la Reforma – fue proyecto de fraccionamiento por don Rafael Martínez de la Torre -abogado, Regidor del Ayuntamiento de México y Diputado ante el Congreso de la Unión-, sin que se lograran concretar las autorizaciones; para 1882, Martínez de la Torre cedió los derechos de la urbanización a Salvador y Javier Malo Valdivielso y así comenzó la urbanización del sector Sur-oriente del proyecto. Arriba, el “Plano de la Colonia de la Teja - 1881” –que forma parte de la colección de la Biblioteca del Museo de la Ciudad de México–; aunque la urbanización final no corresponde exactamente al proyecto (nótese que a las glorietas no desembocan calles principales), el diseño de retícula alineada al Paseo se conservó; en la imagen se marca con una estrella la proyectada manzana N° 15 de la nueva colonia, en la que a partir de 1911 se edificaría la casa de la que trata ésta entrada.

Aunque el ambicioso proyecto de fraccionamiento de Martínez de la Torre y los hermanos Malo no prosperó en su totalidad, para 1897 la sección sur-oriente se había trazado y urbanizado a manos de la “Chapultepec Land Improvement Company”, pasando a ser la “Colonia del Paseo”, sitio que se consideraba el nuevo sector “Correcto y deseable” en el crecimiento de la ciudad y en el que se edificarían extraordinarias residencias de la colonia americana...


Arriba, un fragmento del “Plano de la Ciudad de México para 1907” (con datos de la Dirección General de Obras Públicas y autorizado el 1° de enero de 1907 por Guillermo R. Puga) que reproduzco gracias a la amabilidad de Javier Balbás, y en el que he marcado el predio en la esquina que forman la 3° de Berlín y 2° de Marsella donde a partir de 1901 don Manuel Gorozpe edificó su casa.

El terreno de poco más de 800 m² saturaría la sección sur -esquina- con una edificación cercana a los 900 m² en tres plantas, dejando libre la parte norte del predio como jardín. De conservarse aún intacta la casa Gorozpe/Manterola, la imagen de Google-maps nos mostraría algo así:



Alineadas con la banqueta, las fachadas sur y oriente, se desplantaron sobre un basamento estriado que en semi-sótano albergaría dependencias de servicio, cocina y despacho del arquitecto. La planta principal –trabajada a manera de “piano nóbile” – alojaría salón comedor y tres estancias, además de un hall central de doble altura e iluminación cenital que cobijaría una solemne escalera; en esa planta, salón y comedor recibirían interesantes ventanas triforadas (ventana de tres luces), que con su decoración de sugerencia greco-romana, preparaban al adorno interior de la casa.





El elemento decorativo de dinteles, es ejemplo del extenso repertorio en el catalogo ornamental de Gorozpe y aunque es totalmente original, tiene referencias a los dibujos de Parallel -1845- para el Templo de Apolo Espurios (y sus acróteras del dórico griego) así como a las rosetas, roleos y guirnaldas de diversos catálogos académicos.



La planta alta de la casa albergaría espacios privados, y con sorprendente eclecticismo en fachada recibiría la perspectiva del oriente con un nicho flanqueado por estípites con pilastras troncopiramidales invertidas, referencia a la portada del Palacio Arzobispal de 1746 que muestra los más limpios estípites levantados en América, pilastras que Lorenzo Rodríguez y Jerónimo de Balbás transformarían en el símbolo del “barroco churrigueresco” mexicano y que Gorozpe retomaría en el diseño del Palacio del Ayuntamiento…



Ese nicho frente a la calle de Berlín tendría un equivalente frente al jardín sobre la fachada norte, dando paso al acceso de la casa y señalando el acceso a su sótano, donde además de los servicios, se albergó durante años una parte del taller de dibujo. La edificación tenía el doble propósito de albergar residencia y oficinas del arquitecto, por lo que durante los siguientes veinte años, una parte del piso bajo se dedicó al diseño y administración.



Hacia el jardín, la casa recibía a los visitantes con un agradable pórtico sostenido por columnas y medias muestras pareadas, de fuste tritostilado e inspiración jónica, al que se accedía por una escalera y que con antepechos a manera de barandilla romana (Roman railing) creaba un atractivo preámbulo en altura para entrar a la casa. Aunque el modelo es claramente Académico, hace claras referencias a los trabajos de Alfred-Nicolas Normand y sus interpretaciones historicistas de la arquitectura griega y romana.



Hace años, cuando en 1980 visité la casa, me sorprendió la extraordinaria biblioteca que los herederos aún conservaban casi intacta y en la que además de los tratados de Piranesi (“Della magnificenza ed architettura de´Romani”), Marie-Joseph Peyre (“Œuvres dárchitecture”), Hans Vredeman (“Architectura der Bauung der Antiquen auss dem Vitruvius”) o el fantástico “Traité théorique et pratique de l’art de bâtir” de Jean Baptiste Rondelet, pude ver exhibidas dos fotografías de mediano formato del “Hotel Napoléon-Jérôme Bonaparte” obra de Alfred-Nicolas Normand; abajo la fotografía: “Porche de la maison pompéienne de Napoléon, rue Montaigne” (destruida en 1892), una de las que se exhibían en la biblioteca y que podría haber tenido algún ascendiente en el “cobertizo” de la casa de Berlín N° 33…


Ya que menciono la biblioteca, quiero hacer notar que entre una sorprendente cantidad de invaluables volúmenes, en esa biblioteca también se encontraban los tres tomos de “L’architecture privée au XIX° Siècle –sous Napoleon III” de César Daly, que con sus coloridas láminas puede señalar parte del camino que siguió Gorozpe en 1901 al diseño interior de la casa; abajo: “porte de grand salon”, doble página de “L’architecture privée au XIX° Siècle”.




Al interior el convidado era recibido en un amplio vestíbulo de doble altura con muros de color rojo quemado e iluminado cenitalmente, y donde una enfática escalera con balaustrada tallada en madera se adosaba a los muros hasta llegar a la parte alta.



La profusa iluminación se daba gracias a una doble cristalera al centro del espacio, y donde se hacía un guiño a la estructura con que se había construido la casa, permitiendo ver como parte del decorado la estructura de bovedillas metálicas que enmarcaban el engalanado artístico.



El arranque de esa escalera, señalado por potente pilón y ménsula, sostendría un lampadario “Torchere” -porta antorcha- de ecléctico diseño académico en la tradición del “Jeune Page”, obra de Mathurin Moreau, ésta probablemente fundida en Le Val d'Osne sobre el modelo de Jules Salmson y que sería electrificada posteriormente.



Del gran vestíbulo, se podía pasar hacia el oriente y por dos puertas al gran salón/biblioteca o a los salones del sur que comunicaban con el comedor. En la fotografía de abajo, la “enfilade” (sucesión de habitaciones conectadas con puertas alineadas, disposición muy popular en los palacios del barroco) de los tres salones con ventanas hacia el sur, en que se ven claramente los marcos de las puertas de dos de las habitaciones así como luminarias y decorado.



En general la decoración respondía a la ecléctica tradición desarrollada durante el período de Napoleón III, la Francia del “Príncipe-Presidente” entre 1852 y 1870, y cuya peculiar mezcla decorativa explica Wikipedia con: “Su filosofía … era una mezcla de romanticismo, de liberalismo autoritario y de socialismo utópico, aunque en los últimos años fue insigne defensor del tradicionalismo y de la civilización católica.”



En concordancia, los escogidos elementos decorativos seccionados por Gorozpe para su casa reflejan aquel romanticismo historicista tan recurrente en su obra y concordante con el II Imperio, con decoraciones que hacen referencia a los tratadistas y a los Luises, París y Pompeya, S. I a.C y S. XIX…

En plafones, la decoración sería especialmente variada, con elementos que hacen referencia a bucólicos paisajes pompeyanos (Vesubio incluido), ruinas medievales europeas, motivos de cacería y pesca (en el comedor) así como sobrios ramilletes modernistas para las recamaras..


Arriba y abajo, algunas de las ornamentaciones de los plafones de hall y comedor, con un bucólico paisaje de Pompeya –nótese el Vesubio humeante- (arriba) y las decoraciones modernistas (debajo) de recámaras.



Uno de los innovadores decorados que más llamó la atención en 1903 fue aquel que se beneficiaba del sistema constructivo como motivo ornamental: en los pisos altos, se aprovechaba la técnica de bovedillas soportadas por vigas metálicas para enfatizar la vena decorativa (como alternativa a un “cielo raso”); abajo, dos fotografías de los techos de los pisos altos, primero el de una recámara, donde además aparece una de las lámparas originales y luego repito una imagen del “cielo” del hall…





No es necesario subrayar lo eclético de la decoración, ya que complementando esos motivos modernos contrapuestos a las reminiscencias pompeyanas, encontrábamos también en los rasos alegorías de inspiración innegablemente barroca…



En general, la calidad en la ejecución de la casa Gorozpe/ Manterola era aparente en todos los detalles, donde hasta bisagras y picaportes mostraban acabados de la mejor calidad e industria.



Las habitaciones que llamaron más la atención por su plafón, y serían incluso mencionadas como ejemplo por Israel Katzman en su libro de la “Arquitectura del Siglo XIX en México” como representativa del “Eclecticismo-semiclásico”, fueron comedor y salón sur (p. 124), que con sus intricados decorados llamaban poderosamente la atención de los visitantes y donde los candiles serían electrificados para 1910.





Como complemento al primogénito -Manuel Gorozpe Manterola-, en esa casa nacerían además los subsiguientes hijos de la pareja: María Luisa, Pablo (1906-1979 que casaría en 1945 con María del Pilar Mutiozabal Echave), Pedro (nacido en 1909 y que casaría en 1938 con María Cervantes Anaya), María de la Luz Teresa del Sagrado Corazón de Jesús (nacida en 1913 durante los disturbios de ese año) y la pequeña Guadalupe Gorozpe Manterola (que casaría con Francisco Javier Borbolla Monterrubio).


Además, la casa sería escenario de innumerables eventos sociales y resulta relevante recordar que ahí también se desarrollarían algunos diseños trascendentes del arquitecto Gorozpe de los que es interesante enfatizar por relevante, la asesoría que desde 1907 daría para la reestructuración de los cimientos para la “Columna conmemorativa de la Independencia de México” que se edificaba en el Paseo de la Reforma con el diseño de don Antonio Rivas Mercado (ver)



El prestigio del arquitecto Manuel Gorozpe se había consolidado durante los primeros años del siglo XX gracias a las obras que había trazado y supervisaba; los diseños para el Seminario Conciliar eran ampliamente comentados y para 1907, cuando comenzó la remodelación del Palacio del Ayuntamiento, la reputación era apenas superada por su autoridad como Ingeniero Estructural.



Luego de que en 1902 se iniciara la cimentación para la columna para conmemorar la Independencia y la estructura mostrara un desplome en 1906, el arquitecto/Ingeniero Gorozpe fue convocado junto con los ingenieros Guillermo Beltrán y Puga, y Manuel Marroquín Rivera para supervisar la nueva cimentación montada sobre pilotes de hormigón con punta, que se hincarían con martinete de vapor; aunque el diseño de la columna es siempre atribuido al arquitecto Rivas Mercado, la colaboración de Gorozpe sería esencial en la terminación y estabilidad histórica del monumento.

Abajo, en una sorprendente imagen captada en enero de 1909, se puede ver la excavación en la glorieta mayor de Reforma, con su ataguía y los pilotes listos para recibir la base del monumento.





Desde 1907, cuando Gorozpe trabajaba en supervisar los trabajos del Palacio del Ayuntamiento, se le solicitó un diseño para una iglesia que se levantaría en la recientemente urbanizada Colonia Roma; en un terreno donado por Don Pedro Lascuráin y Edward Orrin, y con la anuencia de la junta directiva de la sociedad de los terrenos de Chapultepec, se decidió edificar un templo dedicado a la Sagrada Familia que estaría a cargo -como parroquia- de la Compañía de Jesus.



Luego de algunos tropiezos -dada la novedosísima propuesta constructiva de Gorozpe trabajando con el ingeniero Miguel Rebolledo- la primera piedra se colocó el 6 enero de 1910 y la obra prosiguió –suspendida de 1913 a 1917– hasta su terminación en 1925. Aunque el diseño de la Sagrada Familia encuadra dentro de la tradición ecléctica por su exuberante decoración neorrománica a cargo de Gorozpe, su soporte de concreto armado era de vanguardia en 1910, resaltando la fina estructura portante ejecutada en “Béton Armée” –especialidad de Rebolledo– que se ilustra en la imagen de abajo, captada en 1911.



En un giro inesperado y en esa misma colonia Roma, justo contraesquina del templo y con frente también a la Avenida Orizaba y Calle de Puebla, en 1920 se encargó el diseño de otra residencia a Gorozpe.



Edificada entre 1920 y 24 (aunque inaugurada hasta 1929) en la esquina de Orizaba y Puebla, la casa de don Joaquín Baranda Mac Gregor –que como presidente de la Junta Directiva de Instrucción Pública del Distrito Federal, había firmado en 1894 el título del Manuel Gorozpe– y su esposa la señora Dolores Luján Zuloaga, resultó una casa que sigue siendo un hito importante dentro de nuestra ciudad, que alberga ahora la Casa Universitaria del Libro…


Se puede encontrar más información relativa a esa casa en: VER https://grandescasasdemexico.blogspot.mx/2013/01/la-casa-baranda-lujan.html



Otra obra relevante del arquitecto Gorozpe -pero de la que se habla muy poco-, fue la ampliación y remodelación del hotel REGIS en Avenida Juárez. Edificado de origen como “Edificio Bery” en 1908, alojaría las oficinas del diario “El Imparcial”, pero en 1911 se remodeló como “Hotel Berry”; luego de 1913 se bautizó como “Hotel Ritz” y en 1917 -adquirido por Rodolfo Montes- recibió el nombre de “Hotel REGIS”. En 1919 el exitoso hotel se amplió sobre el terreno aledaño y unificó la imagen con diseño de Gorozpe –colaborando nuevamente con el ingeniero Miguel Rebolledo– , agregando un gran teatro, restaurante y bar que serían extraordinariamente populares…


El edificio se siguió ampliando y modificando hasta llegar a la calle de Balderas y recibir sobre la estructura de Gorozpe y Rebollar una sobrecarga que incluía nuevos pisos con “Suite presidencial”. En septiembre se 1985 el edificio de la esquina colapsó y arrastró la estructura levantada en 1919.



El arquitecto Manuel Gorozpe falleció en 1925 –a los 57 años– en su casa de Berlín 33, que se conservaría ocupada por sus hijas solteras y luego por la familia De la Borbolla-Gorozpe.



Al paso de los años, la casa sufrió algún deterioro y luego del sismo de 1985 fue afectada por un hundimiento diferencial que causó una cuarteadura en la esquina nor poniente; según contaba el doctor Luis Ortíz Macedo en algún momento se vendió el predio adyacente, sobre el que se edificó un edificio, cosa que redujo la perspectiva sobre el acceso de la casa. A pesar de eso, el interior se preservó en extraordinarias condiciones, con el amueblado original que se conservaba intacto.



Aunque el gobierno del Estado de Tabasco había restaurado entre 1988 y 1991 una casa en la calle de República de Cuba N° 26, con el fin de albergar la “Casa de Tabasco en México”, decidió adquirir el inmueble de Berlín 33 para instalar la Casa de Cultura del Estado.

Con una profunda restauración supervisada por el Dr. Luís Ortiz Macedo y extraordinario trabajo de restitución pictórica realizado por Lilia Rivero Weber, durante 2006 se devolvió la vitalidad original a los acabados de la casa.



Arriba, la ventana del comedor de la casa Gorozpe -Berlín 33-, edificada en 1902 y restaurada en 2006; abajo, la fachada norte de la casa cuando se entregó restaurada en 2006.



En septiembre de 2015, el gobernador del estado de Tabasco -Arturo Núñez- y su esposa inaugurraron nuevamente las obras de remodelación de la “Casa de Tabasco en México -Carlos Pellicer-“. A la casa original se le hicieron algunas modificaciones, entre las que destacan una intervención relevante a las puetas de Hall y la alteración de la escalera que subía al portico de acceso, cosa justificable a fin de permitir mejor uso del espacio disponible para eventos…



Memorable casa la del arquitecto Manuel Gorozpe y su esposa María Luisa Manterola en Berlín N°33…






Este Blog se ha hecho gracias al apoyo incondicional de Julieta Fierro; está dedicado a las “Grandes casas de México” y pretende rescatar fotografías e historia de algunas de las residencias que al paso del tiempo casi se han olvidado y de las que existe poca información publicada. El objeto es la divulgación, por lo que se han omitido citas y notas; si alguien desea mayor información, haga favor de contactarme e indicar el dato que requiere. A menos que se indique lo contrario, las imágenes provienen de mi archivo, que incorpora imágenes originales recopiladas al paso del tiempo, así como el repertorio de mi padre y parte del archivo de don Francisco Diez Barroso y sus imágenes de Kahlo; si utilizan las imágenes, favor de indicar la fuente –aunque advierto que pueden tener registro de autor–.



Conforme haya más entradas (ya hay más de 60), aparecerán en el índice a la derecha de ésta página…



También se puede encontrar un índice general en: VER  http://grandescasasdemexico.blogspot.mx/2016/02/indice-de-grandes-casas-de-mexico.html