lunes, 22 de abril de 2013

La casa de don Feliciano Cobián F. y Rosalía Fernández del Valle en Bucareli.








En diciembre de 1775, el virrey Antonio María de Bucareli y Ursúa entregó a la capital un nuevo paseo: el “Paseo Nuevo”, que casi de inmediato sería conocido simplemente como Bucareli...





Con fruición, don Salvador Novo relata las delicias que aquella calzada brindaba a los habitantes de la capital, y que poblada con más de dos mil hermosos fresnos, hacía la delicia de paseantes; trazado sobre los terrenos desecados de una zona pantanosa, la anchurosa vía contaba tres carriles pareados --un par para coches, otro para caballos-- y a los extremos un par jardinado y dedicado a los caminantes. Contaba tres rotondas con soberbias fuentes (de las que una sobrevive en la Plaza Loreto y frente a Santa Teresa la Nueva) y en la glorieta mayor, una con el escudo de la ciudad que sería sustituida por otra que representaba a “La Patria”; abajo, en una imagen de 1876 y que mira hacia el norte (antes de la reducción del paseo), puede verse la glorieta al cruce con la hoy calle de Atenas y Emilio Dondé, y al fondo se adivina la estatua ecuestre de Carlos IV en el encuentro del Paseo de la Reforma con Bucareli.



Por ese paseo entraron a la Ciudad de México, en 1821 el Ejército Trigarante al consumarse la Independencia, y en 1867 don Benito Juárez a la muerte de Maximiliano I, aunque es necesario aclarar que poco guarda en común con la calle que hoy conocemos: a partir de 1870 –con el Paseo Degollado (Paseo de la Reforma) ganando importancia y prestigio--, el Paseo de Bucareli perdió los andadores y los fresnos, reduciendo así en dos tercios su ancho original. Abajo, una fotografía de “La Patria” que sería destruída con el fin de eregir un monumento a Benito Juárez; la estatua nunca se modeló, pero el sitio sería luego ocupado por un reloj que la comunidad China en México regaló a raíz de los festejos del centenario den 1910…



Dice Novo que “en la ciudad ya no se pasea, el automóvil ha invadido los espacios en los que la gente sentía los latidos de su ciudad”. El Paseo de Bucareli perdió mucho de su atractivo urbano ante el Paseo de la Reforma y para el inicio de S.XX, los terrenos aledaños recibían giros como la “Alberca Pane” o los depósitos de la Constructora Mexicana o los de los tranvías de vía angosta.

En 1902 el comerciante y algodonero español Feliciano Cobián adquiere un predio recién fraccionado (que pertenecía a los almacenes de tranvías) en la esquina de lo que luego sería la calle dedicada al General Prim y el más estrecho Bucareli, y encarga al arquitecto campechano Emilio Dondé la construcción de una casa a la que traer a su familia que vivía en Guadalajara.

Don Feliciano Cobián Fernández del Valle nació el año de 1858 en Valle de Camoca -Consejo de Villaviciosa-, Asturias, España. Sus padres fueron el señor Juan José Cobián y la señora Concepción Fernández del Valle y tuvo tres hermanos: Prudencio, Natalia y Rosario. Doña Concepción murió siendo pequeños los hermanos Cobián, y don Juan José contrajo nuevas nupcias por lo que los abuelos maternos, don Francisco Antonio Fernández y doña Vicenta Álvarez de la Vayina, se hicieron cargo de los niños, proporcionándoles incluso educación superior y así graduándose los hombres como profesores mercantiles (contadores públicos).

Los hermanos Cobián viajaron en 1880 a “la América” y se establecieron en Guadalajara, donde tíos Manuel Justo y Francisco del Valle (prominentes banqueros), y para 1890 se trasladaron a Lerdo, en Durango donde establecieron la “Casa Cobián”, dedicada al comercio del algodón y a refaccionar a los agricultores de la comarca Lagunera. Al poco tiempo rentaron y luego compraron varias haciendas, pasando después incluso a fraccionar grandes partes de esos terrenos y promover el crecimiento de Torreón, Durango e incluso Ciudad Juárez.



En el bulevar Constitución y la calle Feliciano Cobián de la colonia Prolongación Los Ángeles de la ciudad de Torreón, quise fotografiar la efigie de Don Feliciano para ilustrar el texto, pero notarán ustedes que el busto colocado en 1981 –arriba--, se encuentra en malas condiciones…

Los hermanos Cobián participaban en “Casa Cobián” por partes iguales, desempeñando don Feliciano la supervisión del campo y tratos comerciales, y don Prudencio lo relativo a la contabilidad y supervisor de las transacciones comerciales. Ya casados y a principios de 1900, fijaron ambos residencia en la Ciudad de México, y dejaron sus propiedades en manos de apoderados, administradores y empleados, todos ellos de ascendencia española.

Don Feliciano casó en 1899, en Guadalajara, con la señorita Rosalía Fernández del Valle, hija de don Manuel (el tío que recibió a los hermanos en 1880) y procrearon tres hijos --José, María y Joaquín—que vivirían en la nueva casa del Paseo de Bucareli; desde 1901, don Feliciano había intentado adquirir un predio en la Ciudad de México y en 1902 obtiene un predio recién fraccionado de 1,750 m² (que había pertenecido a los almacenes de tranvías, a los hermanos Limantour y a la famila Borges-Días) en la esquina de lo que luego sería la calle dedicada al General Prim y el más estrecho trazo de lo que había sido el Paseo de Bucareli. Abajo, en un fragmento del “Plano general de la Ciudad de México” para 1903, donde se ha marcado el terreno del “depósito” que cedería su terreno a la casa Cobián de la Ciudad de México.



Para la casa de doña Rosalía Fernández del Valle de Cobián, el propietario solicitó al arquitecto Emilio Dondé Percigat, aprovechar los cimientos de una edificación existente y que eran parte del inmueble que fungía como oficinas para la terminal y depósito del “Tranvía de vía Angosta de México / Tacubaya y Mixcoac”. Ese edificio definió una parte del perfil de la casa, a la que con las instrucciones del arquitecto Dondé y la ejecución del ingeniero Rafael García y Sánchez Facio (que fecuentemente aparece sin el García), se agregaron dos alas a manera de pabellones-mirador de dos plantas y que definen en gran medida el esplendor del conjunto.



La casa a la que los textos siempre se refieren como “Palacio Cobián” se terminó en Noviembre de 1903 y se edificó en el cortísimo período de ocho meses, ya que Sánchez Facio y Dondé aprovecharon fragmentos de la edificación preexistente, que aparentemente tenía muy buena factura y cuyos sólidos cimientos parecen haber sido íntegramente aprovechados, junto con buena parte de la edificación de dos niveles, concebida originalmente como oficinas gremiales...



El bloque central del “Palacio” es un sólido elemento de ocho entre-ejes y seis vanos en las dos plantas, a las que a ambos lados se adicionó un portalón de acceso y una galería de cuatro entre-ejes más. El resultado final es una extendida fachada de quince vanos sobre los poco más de sesenta metros de frente sobre el Paseo de Bucareli; además el inusitado remetimiento de diez y quince metros con un jardín enrejado, permite contemplar la arquitectura que al centro de la composición ostenta un balcón remetido y de agradables proporciones…



En general, la composición arquitectónica responde a los cánones académicos, con un masivo ornamento “cintado” en los arco de medio punto de la planta baja así como un tratamiento más ligero y ornamentado en la planta noble, con fustes jónicos y los dinteles, cornisas y guirnaldas tradicionales; el pretil sustituye los tradicionales balaustres con redondeles ligados, y en los remates aparecen jarrones cónicos (probablemente añadidas posteriormente). Arriba visto desde Bucareli, el acceso derecho al edificio, donde sobresalen los sólidos pilares de la reja de acceso; abajo, la ornamentada ventana del acceso izquierdo.



Los elementos más acertados en la adición de Dondé, son sin duda alguna los portalones de acceso y los extensos miradores de la segunda planta; sobre los arcos de acceso, la ventana ostenta una elaborada talla en el antepecho, y el remate de clave incluye dos complejos cartuchos enmarcados por veneras, roleos, follajes y guirnaldas de rosas, que de origen mostraban el monograma “FCF”. Los miradores altos (ahora cerrados con cristal) muestran fustes pareados de orden dórico y sus balaustres correspondientes.



Ambas alas de la adición han sufrido hundimientos diferenciales y con regularidad aparecen grietas escalonadas en la unión de ambas estructuras. Arriba, el mirador Sur del edificio y abajo una vista completa de la fachada oriente del “Palacio Cobián”.



Mientras los negocios de los hermanos Cobián se desarrollaban felizmente en La Laguna, adquirieron más propiedades en diferentes partes del país; entre ellas sobresale una propiedad en Cuautitlán, Estado de México, junto a la estación del Ferrocarril México-Ciudad Juárez, que se aprovechaba para almacenar pacas de algodón y distribuirlas a las fábricas textiles de otras entidades del país; muchos de esos predios merecen una entrada propia en éste Blog…

En 1909, el “Palacio Cobián” resultó afectado por un severo problema de compromisos y adeudos tributarios de su propietario, por lo que como adeudo predial y a fin de ese año, pasó a ser propiedad del gobierno federal, encabezado por el Presidente Díaz y entregado al ministro Limantour, quien lo asignó a la cartera de Gobernación. En ese estado (ya sin el mobiliario original) pasó a albergar a la legación de los Estados Unidos de NorteAmerica (sic.) en vía a su transformación en la sede de la Secretaría de Gobernación.
Abajo, una imagen de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, en que aparece el “Palacio Cobián” en septiembre de 1910, como sede de la representación de los Estados Unidos de América para las Fiestas del Centenario de la Independencia de México (nótese la bandera de barras y estrellas) y antes de transformarse en Secretaría de Gobernación.





Arriba, en una fotografía de Guillermo Kahlo tomada en 1911, el salón de música del “Palacio Cobián”, colocado en la planta baja del ala norte del edificio; la fotografía se tomó con el mobiliario prestado por la familia Sherer para los festejos de Septiembre de 1910, ya que la casa carecía del moblaje adecuado para transformarse en sede provisional de la legación de los Estados Unidos de NorteAmerica (sic.). Abajo, en las imágenes que aparecen en “Crónica de las Fiestas del Centenario”, otro par de habitaciones de la casa que había pasado de la familia Cobián, a la Secretaría de Gobernación.



Al pie de las imágenes dice: “SALA Y DESPACHO DE LA RESIDENCIA DE LA EMBAJADA NORTEAMERICANA.”



En Septiembre de 1910, como primicia y con orgullo, la Ciudad de México mostraba sus edificios iluminados con novedosas bombillas eléctricas, que eran delirio mundial… Abajo, el “Palacio Cobián” de Bucareli en pleno alarde como “Embajada Provisional de los Estados Unidos de América para las Fiestas del Centenario”.



Como se ha dicho antes, la casa se edificó apenas a unos metros de la glorieta donde se planeaba levantar una efigie de Benito Juárez y que sustituiría la fuente y escultura “La Patria”; en 1910 ese sitio fue ocupado por un reloj que la comunidad China asentada en México donó a la ciudad como símbolo de hermandad y amistad. Abajo, aparece una fotografía de ese reloj…



Luego de la caída del Presidente Díaz, se dio un movimiento armado para derrocar la Presidencia de Francisco I. Madero; la “Decena Trágica” se dio del 9 al 18 de febrero de 1913 con intercambio de cañonazos entre Palacio nacional y La Ciudadela. El 11 de Febrero, el Reloj Chino fue alcanzado por los proyectiles y el Palacio Cobián sufrió algunos daños en el mirador Sur. Abajo, el “Reloj Chino” luego del bombardeo.



Ocho años después, al conmemorarse el centenario de la consumación de la Independencia de México, se volvió a erigir una torre del reloj en esta glorieta, con construcción de gran sobriedad y elegancia, altura similar pero con un pequeño campanario cubierto.

Don Feliciano Cobián murió en 1936 (a los setenta y ocho años) en su residencia ubicada en las calles de Lucerna de la colonia Juárez; sus restos fueron inhumados en el Mausoleo de la Familia Cobián Fernández del Valle en el cementerio Español del Panteón de Dolores. Todas las propiedades adquiridas por los hermanos Cobián fueron afectadas severamente durante los movimientos revolucionario y luego políticos de los años treinta; ya que la fortuna se anclaba en la producción algodonera, los hijos José, María y Joaquín vendieron parte de las tierras y el resto les fueron expropiadas. Abajo, en una fotografía de 1936, aparece una vista de avenida Bucareli y las magníficas rejas del Palacio Cobián; al fondo a la derecha, puede verse el “nuevo Reloj Chino”, edificado en 1921 como parte de los festejos de la Consumación de la Independencia…



Abajo, en una fotografía de 1967, aparece una vista en alto de la avenida Bucareli con el reloj que sustituyó al “Reloj Chino” de 1910; en un óvalo rojo aparece el Palacio Cobián. Al centro izquierda, puede verse el edificio “Gaona” diseño del arquitecto Ángel Torres Torrija de 1922 y al centro derecha, la casa que diseñara el arquitecto Manuel Cortina en 1910 y que ahora forma parte de la Secretaría de Gobernación.



Abajo, una imagen aérea de la Compañía Mexicana de Aerofoto fechada en 1959, en donde se marca la casa Cobián; abajo a la derecha, puede verse “La Ciudadela” de la que destaca el parque de acceso donde puede verse el parque dedicado a Hidalgo…



Abajo, en una poco común fotografía de la calle de Bucareli en la actualidad, aparece la fachada oriente del Palacio Cobián frente a una calle despejada; al fondo, el “nuevo Reloj Chino”





En una imagen de Google maps captada en 2011, podemos ver la manzana limitada por la avenida Bucareli y las calles de Atenas (arriba), Abraham González (izquierda) y General Prim (abajo); la manzana es ahora totalmente ocupada por la Secretaría de Gobernación –así como varias propiedades aledañas--, pero el origen de esa concentración es el “Palacio Cobián” que es reconocible en la esquina inferior derecha de esa manzana. A la derecha de la imagen, puede reconocerse también el importante edificio de departamentos “Gaona”, edificado en 1922.

Al conjunto de la secretaría se han integrado varios edificios, entre los que destaca la casa de la familia Fernández del Valle (Bucareli N° 93), emparentada con los Cobián por matrimonio y que fuera diseño del arquitecto Federico Mariscal; la edificación tiene la extraña peculiaridad de tener una fachada abierta hacia el jardín de la casa Cobián.



Finalmente es interesante agregar que al conjunto de la Secretaría de Gobernación, también se ha sumado un edificio que ahora forma parte de una de las fachadas más reconocibles del conjunto, por ser la esquina frente al “Reloj Chino” y avenida Bucareli; se trata de la magnífica casa que en 1913 diseñara el Ingeniero-Arquitecto Manuel Cortina García en Bucareli N° 85.



La casa que aparece arriba en su estado original, ha sido extendida y duplicada como parte de una extensa fachada sobre la calle de Atenas y sobre la que figura el escudo y epígrafe de la Secretaría.



Resulta de interés agregar que al conjunto se han incorporado varios predios sobre la calle de General Prim, con edificaciones que han sido sustancialmente intervenidas o eliminadas; entre las edificaciones afortunadas, destaca una de las poquísimas construcciones modernistas (ahora diríamos “Art Nouveau”) de las primeras décadas del S. XX que con el N°39 sobrevive, y espera a ser restaurada…



El “Palacio Cobián” sigue siendo la denominación de la sede de la Secretaría de Gobernación, aunque el edificio original ha sido extensamente modificado.



Este Blog se ha hecho gracias al apoyo incondicional de Julieta Fierro; está dedicado a las “Grandes casas de México” y pretende rescatar fotografías e historia de algunas de las residencias que al paso del tiempo casi se han olvidado y de las que existe poca información publicada. El objeto es la divulgación, por lo que se han omitido citas y notas; si alguien desea mayor información, haga favor de contactarme e indicar el dato que requiere. Si utilizan las imágenes, favor de indicar la fuente –aunque advierto que pueden tener registro de autor–. Conforme haya más entradas (ya hay más de 50), aparecerán en el índice a la derecha de ésta página…

También se puede encontrar un índice general en: http://grandescasasdemexico.blogspot.mx/2016/02/indice-de-grandes-casas-de-mexico.html



martes, 9 de abril de 2013

Casa Ortiz de la Huerta/Rincón Gallardo


En la calle de Versalles 112, esquina con Avenida Chapultepec…





Arriba, en una fotografía captada en 1898 que apareció en la revista SOCIAL (Marzo 1943) y que siempre me ha maravillado, vemos a Doña Carmen Rincón Gallardo y Romero de Terreros (luego en 1900 de Ortiz de la Huerta), Condesa de San Bartolomé de Xala y Duquesa de Regla…

La unión de las familias Ortíz de la Huerta y Huerta con los Rincón Gallardo y Romero de Terreros fue uno de los acontecimientos más sonados de 1900; además de las historias, fortuna y títulos familiares que se conjuntaron, las propiedades urbanas merecen un comentario destacado.



En 1893, Rafael Ortiz de la Huerta y Huerta adquirió un predio en el número 3 de la antigua calle de Medinas, hoy República de Cuba 92, con el propósito de edificar una nueva casa para la familia. En 1898, con diseño y dirección del arquitecto Manuel Gorozpe —a quien se le deben también el Palacio de Gobierno y Cabildo de la Ciudad de México, el templo de la Sagrada Familia en la colonia Roma al igual que la casa de la familia Baranda-Luján (http://grandescasasdemexico.blogspot.mx/2013/01/la-casa-baranda-lujan.html)— se inició la construcción de sus tres plantas como una casa-habitación que afortunadamente subsiste en inmejorables condiciones.

Como banquero fundador del Banco Mercantil de México, la casa de don Rafael Ortiz de la Huerta era un auténtico palacio, que fue su residencia hasta 1925. Otros miembros de la familia lo ocuparon hasta 1938, cuando fue arrendado a la Universidad Nacional, transformándolo en sede de la Escuela Nacional de Economía, cuya asociación de ex alumnos la conserva.



Por el otro lado, tenemos a don Eduardo Rincón Gallardo y Rosso, tercer marqués de Guadalupe Gallardo y Grande de España -de primera clase- por matrimonio celebrado el 10 de diciembre de 1871 con Refugio Romero de Terreros y Goribar, segunda duquesa y quinta condesa de Regla; "marquesa de Villahermosa de Alfaro y de San Cristóbal, condesa de San Bartolomé de Xala, Grande de España, nacida en Méjico el 22 de Noviembre de 1851" (hija de Ramón Romero de Terreros y de Villar Villamil, y de María del Refugio de Goribar y Musquiz). En 1867, doña Refugio había sucedido en títulos y plenas prerrogativas a su tío Juan Nepomuceno Romero de Terreros, primer duque de Regla y conde de San Bartolomé de Jala, que al morir sin descendencia se los cedió en 1867. La casa familiar en Venustiano Carranza 73 –antes Capuchinas 12–, contemporánea de la “Casa de los Azulejos” de los Condes del Valle de Orizaba (familia del Valle), renovada y abierta al público en 2012 como “Sanborns Condes de Xala”, es testimonio del abolengo (aunque ya poca fortuna) del apellido para 1900…

Eduardo Rincón Gallardo y Rosso con Refugio Romero de Terreros y Goribar fueron padres de:

1.- Carlos Rincón Gallardo y Romero de Terreros, Cuarto marqués de Guadalupe de Gallardo, inmediato sucesor en el ducado de Regla, Gran Cruz del Santo Sepulcro y Caballero de la Orden de Montesa. Nació en México el 31-VII-1874, y casó el 7-X-1897 con Concepción Cortina Cuevas (hija de Francisco Cortina Icaza y de Concepción Cuevas Rubio) heredera de la hacienda de San Juan de Dios de los morales (terrenos que hoy conocemos como Polanco). Fueron padres de María Concepción Rincón Gallardo y Cortina (que casó con Justo Fernández del Valle) y Carlota Rincón Gallardo y Cortina.



2.- María del Carmen Rincón Gallardo y Romero de Terreros, Condesa de San Bartolomé de Xala y Duquesa de Regla, nacida en México el 8-VII-1876, que casó el 12-IX-1900 con Rafael Ortiz de la Huerta y Flores de quienes hablaremos más adelante.

3.- Alfonso Rincón Gallardo y Romero de Terreros, nacido en México el 26-V-1878. Por cesión de su madre en 1908, sucedió en el título de Conde de Regla, siendo su sexto poseedor. Casó con Leonor de Mier y Cuevas (hija de Sebastián de Mier y Guadalupe Cuevas Rubio, hermana del propietario de la hacienda de San Juan de Dios de los morales, cuyos terrenos que se transformaron en Chapultepec Heights y Polanco). Fueron padres de Leonor, Eduardo, Jaime y María Teresa Rincón Gallardo y Mier.

4.- María de los Ángeles Rincón Gallardo y Romero de Terreros, nacida en México el 26-V-1882, que casó en París con M. Víctor Ayquesparsse, primer Secretario de la Legación de Francia, en México.



María del Carmen Rincón-Gallardo y Romero de Terreros contrajo nupcias con Rafael Ortiz de la Huerta y Flores el 12 de septiembre 1900 y luego de un año de luna de miel en Europa, decidieron edificar una nueva casa ya no en los rancios barrios de la vieja cuidad, sino en un amplio predio de la Colonia Americana, que ahora conocemos como la Colonia Juárez. La propiedad de más de 2,500 m² que miraba hacia la Calzada del Acueducto (hoy Avenida Chapultepec) y hacía esquina con la calle de Versalles, lindaría hacia el oriente con lo que ahora conocemos cono la Escuela Primaria Horacio Mann (sobre la calle de Abraham Gonzáles) que se inauguraría en septiembre de 1910 por el presidente Díaz. Frente al predio y sobre la calle de Versalles, destacaban tres edificaciones importantes:



La primera a cargo del arquitecto R. A. Pidgeon (que poco después edificaría también y en un estilo muy similar el “Edificio Roma” en lo que hoy conocemos como la Plaza Río de Janeiro) en la manzana limitada por la confluencia de Berlín, Marsella y Versalles, con un edificio de departamentos en cuatro niveles (del que lamentablemente se destruyó una parte importante). Otra era la casa del licenciado Herrera y Zota, igualmente en la esquina de Berlín y Versalles, a cargo del arquitecto Hugo Dorner y el ingeniero Luís Bacmeister. En el terreno trapezoidal, aún se conserva la casa como parte de las posesiones de la familia Nagy.



Finalmente, además de varias otras edificaciones sobre a calle de Versalles, destaca la casa de la familia Cortina/Goríbar, en el número 113 de esa calle y que aún sobrevive intacta, aunque transformada en oficinas.

En 1904, don Rafael Ortiz de la Huerta y su señora doña Carmen Rincón-Gallardo de Ortíz, encargaron el proyecto y edificación de su nueva residencia a un viejo conocido de ambas familias, que además por esa época construía su propia casa en la esquina de las calles de Marsella N° 33, esquina con Berlín, apenas a una calle de distancia: el arquitecto Manuel Gorozpe.



La edificación inaugurada en 1905, con más de dos mil metros cuadrados de jardín hacia el sur, era a decir de la revista SOCIAL: “del más puro estilo francés, y corresponde a la época en que se edificaba con grandeza y señorío arquitectónico”. La construcción principal se replegaba sobre la colindancia norte a fin de permitir largas vistas hacia el jardín y la Plaza Morelia, y a lo largo de la colindancia oriente se edificó una larga galería que albergaba dependencias de servicio, cocheras y caballerizas. Arriba, en una fotografía de 1943, la fachada sur de la casa. Para los interiores, retomo las descripciones que aparecieron en la revista SOCIAL (número 8, de noviembre de 1943) ya que el lenguaje mismo resulta de interés sociológico…



Arriba, “Traspuesto el umbral, nuestra cámara enfoca uno de los ángulos del hall y de la escalera que conduce a la planta superior.” y donde “…se aprecian varios retratos al óleo de antepasados de la señora condesa, dos preciosos tibores chinos, antigüos (sic.) y junto a la escalera, otro óleo –notable-- que representa al duque de regla, también conde de San Batolomé de Xala.” “…En el mobiliario, uno de los numerosos y riquísimos juegos de Aubusson, verdaderamente exepcionales”…



“En las fotografías siguientes, dos aspectos del gran hall, en que se admiran otros magníficos juegos de Aubusson, varios espléndidos tibores chinos –siglo XVII--, bellísimos espejos venecianos, numerosas piezas de cristal cortado, candelabros, estatuas, etc.”… “En una de las vitrinas, colección conpleta (sic.) de porcelana de la Real Fábrica de la Granja. Los tapetes imperio en rosa y blanco… las mesas también Luis XVI con cubiertas de mármol, todo, imprime al conjunto un estilo definido, muy francés y muy de época.”



Y sigue el texto de Francisco Borja Bolado en SOCIAL: “De los salones, apreciamos dos aspectos en las fotografías siguientes de las que puede decirse sin duda alguna, son los más ricos y suntuosos de México… salones de gran palacio europeo, que atesoran auténticas obras de arte y verdaderas joyas de museo…”



“Destaquemos los cinco juegos de Aubusson, con tallados en oro, positivamente notables y que forman otros tantos estrados de sin igual riqueza decorativa. Señalamos por extraordinario, el enorme tapete Aubusson también, ejemplar único en México y catalogado entre los ocho más notables del mundo” (que ahora forma parte de la colección que se exhibe en la Casa de la Bola).

“Anotemos también los candiles, las cómodas con incrustaciones de carey y marfil, las consolas –oro y mármol— con monumentales espejos y rematadas con pinturas al fresco primorosamente logradas en tema y estilo.” “Las mesas son espléndidas; unas con cubiertas de mármol; otra –la que aparece al centro de las fotos--, con tapa de mosaico italiano representando vistas de Roma y dos más con cubiertas de lapislázuli. Soberbios también los antiguos gobelinos de los diferentes paneaux (sic.), así como los estucados de los muros y plafons (sic.), pintados”.



“La fotografía que sigue, corresponde a la biblioteca y sala de música; en ella, notable por su pureza decorativa, el mobiliario es Imperio, así como el soberbio candil de cristal y prismas, el tapete oriental antiguo y las bellísimas inturas, entre ellas la “Sagrada Familia” de Murillo, a la derecha”. “Se aprecian también innumerables objetos de bronce, plata y porcelana que complementan el conjunto de éste salón.



“Ante la imposibilidad de detallar fotográficamente la planta de las habitaciones, el hall del piso superior, la galería de pinturas y otras salitas de confianza, ofrecemos un aspecto de la alcoba ejemplar. La amuebla un maravilloso juego de Boule, extraordinariamente incrustado en rojo y gris, con una prodigiosa obra de filigrana de bronce.”



En la casa, nacieron los cuatro hijos menores del matrimonio Ortiz de la Huerta y Rincón Gallardo, y en la imagen de abajo, aparecen Carmen (1903), Refugio (1905), Lucia (1908), Rafael (1910), Miguel 1912) y Teresa (1914).





Resulta también interesante señalar que la casa era constante sitio de reunión para fiestas y tardeadas familiares; para la foto de arriba, aparece el texto (se mantiene la redacción): “Recordamos aquí la fiesta charra que ofrecieron en su casa de Versalles los Ortiz de la Huerta y Rincón Gallardo; en la foto aparecen sentadas frente al salón lateral de la casa, María Teresa Rincón Gallardo y de Mier, más tarde señora de Riba y Landa; Gabriela Mendizabal, luego señora de Ávalos; Mela Serrano, luego señora de Puga; Conchita Rincón Gallardo y Cortina, luego señora de Fernández del Valle y Duquesa de Regla; María Cortina (señora de Cuenca), Gloria Serrano (se Gómez Palacio), Amparo Prida y Santacilia, así como Kiki Arrangoiz (señora de Rull). Atrás, sentadas, Margarita Corcuera (señora de Garza Ríos) y Carmen Uhnik. De pie, Maruca Icaza (señora de Martínez del Río y luego de Dávila), Guadalupe Caraza (señora de Rul), Carmen Piña y Cortázar, Carmen del Hoyo (señora de Buenrostro), Consuelo Luján (señora de Barroso), Alicia Villegas (señora de Pérez Verdía), Luz Campero (señora de Vignon) y Anita Barrios Gómez, señora de García Rojas.”





La casa permaneció como residencia de “la señora Condesa de San Bartolomé de Xala” hasta su muerte y sería luego ocupada por su hija menor, Teresa Ortíz de la Huerta y Rincón Gallardo. Con la ampliación de la Avenida Chapultepec, la casa perdió un fragmento de su terreno y en 1942 se puso a la venta la fracción sur del jardín, terreno en que se edificaron tres edificios con frente a la avenida Chapultepec y la calle de Versalles. Al paso de los años la casa sufrió deterioros ligados al hundimiento diferencial y para 1974 se puso a la venta. Arriba, la casa en 1974, vista desde la calle de Versalles; abajo, la casa que estuvo en el N° 112 de la calle de Versalles, muy cerca de la avenida Chapultepec, a mediados de los setenta, poco antes de su demolición. Hoy en su lugar se encuentra el conjunto habitacional Plaza Versalles, que alberga poco más de cuarenta departamentos.





Finalmente, en una imagen de google maps de 2011, se señala el terreno que ocupó la casa 1976.



Este Blog se ha hecho gracias al apoyo incondicional de Julieta Fierro; está dedicado a las “Grandes casas de México” y pretende rescatar fotografías e historia de algunas de las residencias que al paso del tiempo casi se han olvidado y de las que existe poca información publicada. El objeto es la divulgación, por lo que se han omitido citas y notas; si alguien desea mayor información, haga favor de contactarme e indicar el dato que requiere. Si utilizan las imágenes, favor de indicar la fuente –aunque advierto que pueden tener registro de autor–. Conforme haya más entradas (ya hay más de 50), aparecerán en el índice a la derecha de ésta página…

También se puede encontrar un índice general en: http://grandescasasdemexico.blogspot.mx/2016/02/indice-de-grandes-casas-de-mexico.html